Independientemente de su nivel de entrenamiento, todos los atletas experimentan presión durante una competición. Si bien el estrés es la respuesta normal del cuerpo a eventos importantes, es crucial aprender a controlarlo para que no impida alcanzar el éxito.
- Conciencia y aceptación del estrés.
El primer paso es comprender que el nerviosismo antes o durante una competición es natural. Es crucial aceptarlo como un elemento necesario del proceso en lugar de resistirlo. Esto ayudará a aliviar el estrés emocional innecesario. - Presta atención al proceso, no al resultado.
Debes concentrarte en comportamientos específicos, como la técnica, la respiración y el ritmo, en lugar de pensar en ganar o perder. La presión del resultado disminuye cuando un atleta está totalmente concentrado en el proceso. - Técnicas de respiración.
Uno de los mejores métodos para reducir rápidamente la ansiedad es respirar profunda y lentamente. Cuando te sientas ansioso antes o durante el torneo, practica técnicas de respiración. - Habla contigo mismo con confianza. Es fundamental animarse con afirmaciones internas como «Estoy listo», «Estoy concentrado» y «Lo superaré» en lugar de criticarse y dudar de uno mismo. Esta mentalidad reduce la ansiedad y aumenta la confianza.
- Busca ayuda.
Puedes conectar con la tierra y recibir apoyo emocional hablando con un entrenador, un amigo o un familiar antes de empezar. - La mejor maestra es la experiencia.
Comprendes mejor cómo respondes a la presión con cada actuación y, con el tiempo, aprendes a controlarla. Aunque el estrés no desaparece por completo, puedes convertirlo en una ventaja en lugar de una desventaja.
Adquirir la capacidad de manejar la presión es un proceso que requiere repetición. Sin embargo, esta habilidad a menudo distingue a un atleta competente de uno excelente.