Para tener éxito en un torneo importante, la preparación psicológica es esencial. Estar físicamente preparado no basta; el estado mental de un atleta puede mejorar su rendimiento o impedirle alcanzar su máximo potencial. Por lo tanto, es crucial ser capaz de sintonizar mentalmente con un rendimiento responsable.
La visualización es una de las técnicas más útiles. El atleta modela mentalmente el escenario visualizándose a sí mismo durante la competición, incluyendo cómo completa la actividad, se mueve con seguridad y celebra sus logros. Esto fomenta la confianza y la sensación de control.
El poder del pensamiento optimista es igualmente significativo. Es importante seleccionar deliberadamente frases motivadoras en lugar de dudas e ideas negativas. Por ejemplo: «Me he preparado y haré todo lo posible». Esta estrategia reduce el estrés y aumenta la confianza en uno mismo.
También debes ser consciente de tu respiración. El sistema neurológico se puede estabilizar rápidamente mediante la respiración profunda y rítmica, lo que mejora la concentración y reduce la ansiedad.
Una rutina previa al inicio es otra herramienta útil. Antes de una competición, establecer una rutina (calentamiento, música y conversación con el entrenador) crea una sensación de seguridad y familiaridad.
Y, por último, ayuda. Puedes controlar el nerviosismo hablando con tus seres queridos, tu entrenador o tus compañeros de equipo. Un componente clave de la estabilidad psicológica es el apoyo emocional.